La fría verdad
“Tú te lo has buscado, Chris”, afirmé con frialdad. Mi voz era tranquila y carente de piedad. Necesitaba oírlo para comprender la importancia de sus actos. “Creíste que podías seguir tratándome como si no fuera nada, pero ahora te das cuenta. Ya ves lo que pasa cuando llevas a alguien demasiado lejos. Las palabras quedaron suspendidas en el aire, definitivas e inquebrantables.

La fría verdad
Ira y frustración
Me miró, furioso y frustrado. Tenía los ojos carmesí y el rostro contorsionado por una variedad de emociones. Quería arremeter, defenderse, pero el peso de la verdad lo contuvo. “Mónica”, empezó, pero sus palabras tartamudeaban. Se dio cuenta de que no podía revertir lo que se había hecho. La realidad de su estado era inevitable.

Ira y frustración