Un descanso necesario
Mientras atravesábamos la tormenta, surgió a lo lejos un área de descanso. “¿Qué tal si hacemos un breve descanso para estirar las piernas?” Sugerí, Jake, claramente cansado por el viaje, asintió con entusiasmo. Giré hacia el aparcamiento, aparqué el camión y ambos salimos. La lluvia torrencial había amainado hasta convertirse en una suave llovizna, y el aire fresco era un respiro bienvenido. “Esto sienta bien, ¿verdad? Dije, saboreando la breve escapada de la cabina.

Un descanso necesario
Disfrutando del aire fresco
El viento frío nos rozaba la cara mientras paseábamos, sacudiéndonos la rigidez del largo viaje. “Esto es mejor que estar sentado”, comenté, ganándome una risita silenciosa de Jake. Seguimos paseando, empapándonos de la extensión abierta. Aquí fuera, el mundo parecía más tranquilo, como si la tormenta que habíamos dejado atrás no fuera más que un recuerdo lejano. El aire fresco y la tranquilidad eran exactamente lo que necesitábamos: una pequeña y refrescante escapada antes de volver a la carretera. Momentos como éste hicieron que el viaje mereciera la pena.

Disfrutando del aire fresco