Reflexión nocturna
Cuando se hizo de noche, me senté en la tranquilidad de la casa de huéspedes, intentando dar sentido a los acontecimientos del día y al propósito de mi secuestro. Lo desconocido se cernía sobre mí, un enigma irresoluble del que no podía escapar. ¿Quiénes eran aquellas personas y por qué me habían traído aquí? La tenue luz de la habitación parpadeaba, proyectando sombras cambiantes que parecían reflejar el caos de mi mente. El sueño me era esquivo, mientras una tormenta de preguntas sin respuesta se arremolinaba a mi alrededor, manteniéndome completamente despierta.

Reflexiones nocturnas
Ruido constante
El ruido de las obras era implacable, un recordatorio constante de los extensos trabajos que se estaban llevando a cabo en las inmediaciones. El repiqueteo del metal, el zumbido de la maquinaria y el murmullo ocasional de las voces se filtraban en mi habitación, aumentando la sensación de inquietud. Estaba claro que algo monumental estaba ocurriendo justo fuera de mi vista, y la actividad continua insinuaba una urgencia apremiante. Los sonidos no hacían sino ahondar en el misterio de mi repentino traslado, dejándome con la duda de qué se estaba desarrollando realmente tras las paredes de este lugar.

Ruido constante