El futuro reinado de Luis ya estaba condenado
A pesar de su amplia formación, los tutores de Luis reconocieron pronto que carecía de las cualidades necesarias para ser rey. Gobernar un país conllevaba muchas responsabilidades y poco tiempo para otra cosa. Luis estaba más interesado en el arte y la arquitectura que en los aspectos prácticos del gobierno. Además de su amor por las artes, los maestros de Luis vieron que poseía una serie de atributos y características personales que le hacían inadecuado para el liderazgo. Creían que su estilo de vida solitario y sus emociones emocionales le dificultarían la toma de decisiones racionales y la gestión eficaz de su país. Era extraño, pero más de lo que la mayoría de la gente reconocía.

El futuro reinado de Luis ya estaba condenado
Un encuentro que cambia su vida para siempre
Luis estaba contento con su vida, pero siempre sintió que le faltaba algo. No fue hasta 1863 cuando el joven príncipe comprendió de qué se trataba: camaradería. Tras serle asignado un ordenanza llamado príncipe Pablo, ambos pasaron tres semanas conociéndose. Recitando poemas, la pareja descubrió que ambos adoraban a Richard Wagner. Richard era un compositor alemán al que Ludwig admiraba desde hacía mucho tiempo. En realidad, lo que más valoraba en su vida era el reconocimiento y el amor. Por desgracia, Luis y el príncipe Pablo no tuvieron mucho tiempo para expresar su amor cuando sobrevino la tragedia y Luis fue llamado a filas.

Un Encuentro Que Altera Permanentemente Su Vida