Una obsesión que va más allá de la adoración
A estas alturas, todo el mundo en Baviera era consciente de la fascinación del rey por Richard Wagner. Sin embargo, con el paso del tiempo, muchos se convencieron de que era algo más que eso. La fascinación de Luis por el compositor parecía tener que ver más con el hombre que con su música. Circulaban rumores de que el rey mantenía una relación romántica con Ricardo, y no estaban convencidos de que fueran ciertos. Por aquel entonces, Ricardo mantenía un romance con una mujer llamada Cósima. Así que, aunque era poco probable que el compositor aceptara las propuestas del rey, no las rechazó. De hecho, puede que las alentara.

Una obsesión que iba más allá de la adoración
Sus connotaciones románticas eran tan claras como el agua
Luis sentía algo por Ricardo y no intentó ocultarlo. Aunque el público sólo podía conjeturar, el compositor tenía pruebas de los pensamientos del rey en las cartas que había recibido. Aunque Ricardo era heterosexual, reconoció que cultivar el afecto de Luis por él podía jugar a su favor. Así que Ricardo reaccionó a las cartas del Rey con la misma emoción. En una de ellas llegó a leer: “¡Qué felicidad me rodea! ¡Un hermoso sueño se ha hecho realidad! ¿Cómo puedo explicar la magia de esta hora? Estoy en tus brazos angelicales. Estamos cerca el uno del otro… El compositor comprendía lo que hacía. Simplemente no comprendía lo mortal que podía ser.

Sus matices románticos eran claros como el agua