Aparentemente vestían bien
En principio, a pesar de que no pegaban en aquel lugar, no quiere decir que tuvieran un mal aspecto o algo que hablara mal de ellos. Simplemente que eran hombres de entre unos 50 y 60 años de edad. Pero todos iban muy bien vestido y tenían una higiene muy buena, como la mayoría de clientes que acudían al restaurante. Pero la manera en la que se comportaban era lo que llamaba mucho la atención de Ashley. Además de cómo la miraban, que parecía incluso que la pudieran conocer de otras ocasiones. Es cierto que a Ashley no le gustaba ni un pelo todo aquello que estaba teniendo que vivir, pero también sabía que no le quedaba más remedio que atenderlos con educación como a los demás clientes del local.
Aparentemente vestían bien
Todavía quedaba mucha noche
Aunque había pasado ya un buen rato y los hombres habían comido y bebido todo lo que quisieron, no había terminado la noche. Ellos pidieron todo lo que quisieron y el restaurante se fue vaciando. Más o menos se acercaba la hora de cerrar y Ashley estaba deseando que los hombres se marcharan del restaurante para poder recoger tranquila y limpiar todo para irse a casa cuanto antes después de cerrar. Sin embargo, hubo un inconveniente cuando le pidieron la cuenta. Ahí se podría decir que comenzó todo lo peor de la noche a partir de ese momento en el que le dijeron aquellas palabras que ella no lograba entender.
Todavía quedaba mucha noche
