Plan de confrontación
Emma entendía que no podía manejar esto por sí misma. Sacó su móvil y marcó el número de su mejor amiga, Lisa. Al relatarle lo que había hallado en el sótano y su intención de enfrentarse a Tom, Lisa la escuchó detenidamente, mostrando una preocupación clara. “No deberías estar en soledad”, le recomendó Lisa con determinación. Conversaron sobre tácticas y determinaron el día y el momento en que Lisa podría estar presente, brindándole respaldo moral y físico si la situación se deteriorara.

Plan De Confrontación
La calma antes de la tormenta
El día pasó como un día cualquiera. Los pájaros cantaban, los vecinos mantenían sus hábitos e incluso Tom se mostraba como el mismo de siempre, aunque con su nueva y tenue tensión. Sin embargo, bajo esa atmósfera terrestre, el corazón de Emma se aceleraba. Cada gesto que daba con Tom, cada diálogo informal, se veía opacado por el conocimiento de la próxima confrontación. Una tormenta se aproximaba al horizonte, y la ilusoria tranquilidad del día solo contribuía a incrementar la ansiedad de Emma.

La Calma Antes De La Tormenta