Notan a un hombre extraño
Un sábado, mientras seguimos con nuestra rutina habitual, los niños mencionan casualmente haber visto a un hombre extraño en casa después de llegar pronto del colegio. “¿Quién era ese tipo, papá?”, pregunta mi hijo mayor, con la curiosidad escrita en la cara. Me da un vuelco el corazón, pero consigo mantener una expresión neutra. “Probablemente un repartidor”, respondo, manteniendo un tono ligero y desdeñoso. Aceptan la explicación sin insistir más, pero su inocente observación añade una capa más de tensión a una situación ya de por sí frágil y confusa.

Hombre extraño observado
Tranquilizar a los niños
Les aseguro que probablemente se trate de un malentendido, disimulando mis emociones con una sonrisa forzada. “No hay de qué preocuparse”, les digo con calma, esperando tranquilizar sus jóvenes mentes. Parecen aceptarlo y siguen adelante sin hacer más preguntas, pero el momento permanece en mi mente. Su inocente curiosidad me recuerda lo que realmente está en juego: no sólo mi matrimonio, sino la estabilidad y el bienestar de toda nuestra familia. A partir de este momento, cada paso que dé debe ser deliberado, calculado y cuidadosamente pensado.

Tranquilizar a los niños