La expectación alcanza su punto álgido
La expectación había alcanzado su punto álgido. Cada respiración estaba cargada de expectación, cada latido era una cuenta atrás para la inminente revelación. La noche parecía eléctrica, cargada de la promesa de respuestas. Mientras terminábamos de comer, la serena seguridad de Kendra me dio fuerzas para afrontar lo que viniera después. El silencio entre nosotras ya no era opresivo, sino que estaba lleno de confianza tácita. Mañana llegaría la claridad que tan desesperadamente buscaba.

Anticipación en su punto álgido
A la mañana siguiente
A la mañana siguiente, con el sol saliendo en un cielo despejado, Kendra me condujo al corazón de la finca. La luz temprana proyectaba largas sombras a lo largo del sendero, bañando nuestro camino con un resplandor casi etéreo. La tranquila quietud de la mañana contrastaba fuertemente con el torbellino de pensamientos de mi mente. Los pasos de Kendra eran seguros y decididos, y cada uno de ellos nos acercaba a la verdad que yo había estado esperando.

A la mañana siguiente