La puerta oculta
Una tarde, mientras los rayos del sol iluminaban la estancia de un tono dorado, Emma se topó con una puerta enigmáticamente escondida. Su existencia parecía casi inviable oculta tras un anticuado armario. A pesar de su polvo y antigüedad, la puerta presentaba indicios de uso reciente: señales de roce recientes y un picaporte recién reemplazado. La puerta la captó, y los enigmas que podía encapsular le causaron escalofríos.

La Puerta Oculta
En busca de consejo
Emma, dividida entre su respeto por la privacidad de Tom y sus crecientes dudas, optó por acudir a su amiga más íntima, Sarah. Durante el café, le relató todos los pormenores: los obsequios, los objetos ocultos, la puerta escondida. Sarah prestaba atención a cada palabra, manteniendo una expresión cada vez más seria. “Emma”, expresó al final, “debes confrontarlo. Existen excesivas coincidencias. Sus palabras, pese a ser calmantes, solo intensificaron la sensación de temor que Emma experimentaba en su interior.

En Busca De Consejo