Reflexiones sobre mi anillo
Mi marido me regaló este anillo el día de nuestra boda, y ha formado parte de mí durante cuarenta años. Cada vez que lo llevaba en el dedo, despertaba un recuerdo. ¿Por qué no iba a ser mío? El concepto me carcomía. Los comentarios dubitativos y enigmáticos del joyero sembraron la semilla de la desconfianza, que empezó a crecer. Las preguntas se agolpaban en mi mente, exigiendo respuestas que no tenía.

Reflexiones sobre mi anillo
Incapaz de quitármelo de encima
En casa, los comentarios del joyero se cernían sobre mí como una sombra. No podía quitármelos de encima por mucho que lo intentara. Me quedé mirando el anillo, girándolo una y otra vez para examinar cada detalle. De repente me pareció algo desconocido, como si lo viera por primera vez. Lo que había sido tan relajante durante cuatro décadas, de repente me parecía un misterio enrollado alrededor de mi dedo.

Incapaz de quitármelo de encima