Una advertencia cautelosa
Su mirada pasó del anillo a mi cara y sentí un escalofrío. “Ten cuidado con quién lo compartes -me advirtió en voz baja. Sentí las palmas de las manos húmedas contra el frío metal del anillo. Su prudente advertencia me atemorizó aún más. ¿Qué podía tener de único -o peligroso- mi anillo para justificar una advertencia tan críptica?

Una advertencia cautelosa
Palabras crípticas
Sus comentarios eran misteriosos y me disgustaba la forma en que me miraba. Su mirada parecía una carga. “¿Qué quieres decir con cuidado?” Pregunté, colocándome de nuevo el anillo en el dedo. Ahora parecía más pesado, como si un objeto extraño me oprimiera la carne. La mirada persistente del joyero me hizo sentir como si estuviera a punto de descubrir algo extremadamente inquietante.

Palabras crípticas