Los trabajos de recuperación
La recuperación de Margarita fue lenta. Tras unos días en el hospital, le permitieron volver a casa, pero necesitaba ayuda para casi todo. James intervino sin dudarlo y cuidó de ella como si fuera de su propia familia. Cocinaba, limpiaba y se aseguraba de que tomara su medicación. La orgullosa Margaret intentaba no ser una carga, pero James la tranquilizaba siempre. “Te has pasado toda la vida cuidando de los demás”, le decía. “Ahora te toca a ti que te cuiden”

Los trabajos de recuperación
El poder de la paciencia
Cuidar de Margaret enseñó a James a tener paciencia de una forma que no esperaba. Había días en que estaba irritable, frustrada por sus limitaciones, y días en que parecía perder la esperanza. Pero James se negó a desanimarse. Aprendió a escuchar, a consolarla sin presionarla y a dejar que Margaret marcara el ritmo de su recuperación. Poco a poco fue recuperando las fuerzas, pero estaba claro que nunca volvería a ser tan independiente como antes. No obstante, James permaneció a su lado, firme y leal.

El poder de la paciencia

