Revisión de las pruebas recogidas
En las horas previas a la confrontación, reviso todas las pruebas recogidas, reconstruyendo meticulosamente la cronología y las interacciones. Cada imagen, vídeo y nota se examina con cuidado, revelando una historia impregnada de secretismo y traición. Lo ordeno todo cronológicamente, elaborando una narración tan clara como condenatoria. Cada mirada compartida, cada contacto persistente, cada intercambio en voz baja añade peso al caso que he construido. Cuando termino mi revisión, la cronología es hermética y no queda espacio para la negación o la manipulación. Mi confianza, aunque teñida de nervios, empieza a solidificarse.

Revisión de las pruebas recopiladas
Ensayando las palabras
Ensayo mis palabras, inseguro de cómo reaccionará, pero totalmente decidido a exponer la verdad. Cada frase está cuidadosamente elaborada, con el objetivo de lograr un equilibrio entre la ira justificada y la necesidad de una claridad tranquila e inquebrantable. Cuando practico frente al espejo, mi expresión tensa me devuelve la mirada, un reflejo de la tormenta interior. Al principio me tiembla la voz, pero con cada repetición aumenta mi confianza. Esta confrontación no consiste sólo en pedirle cuentas, sino en recuperar mi tranquilidad y exigir las respuestas que merezco. Saber exactamente lo que quiero decir me ayuda a afianzar mis pensamientos y a prepararme para lo que venga después.

Ensayar las palabras