Preparando el escenario
El día elegido, preparo la casa con cuidadosa precisión, preparando el escenario para su regreso de otra reunión secreta. Reorganizo el salón para que parezca lo más normal y tranquilo posible, manteniendo la ilusión de normalidad. La cámara oculta está perfectamente colocada, lista para captar todos los ángulos de lo que está a punto de ocurrir. Para completar el montaje, esparzo algunos papeles por la mesita, reforzando la imagen de que trabajo desde casa. Mi mente está aguda y concentrada, plenamente consciente de que esta confrontación podría confirmar mis peores temores o aportar la claridad que tanto tiempo llevaba esperando.

Preparar el escenario
Esperando en el salón
Me late el corazón mientras estoy sentada en el salón, con la cámara oculta preparada para grabar cada momento. Cada sonido del exterior -pisadas, la puerta de un coche, el susurro de las hojas- me produce una nueva sacudida de ansiedad. El tic-tac del reloj parece ensordecedor, marcando el tiempo con implacable precisión. Repaso mis líneas una última vez, obligándome a mantener la calma a pesar de la tormenta que se desata en mi interior. La adrenalina se dispara y me deja las palmas de las manos resbaladizas de sudor. Cada crujido de las tablas del suelo es como una advertencia, y el silencio en la habitación se hace cada vez más denso mientras me preparo para su llegada y para la verdad que vendrá después.

Esperando en el salón