Ni una pista en el exterior
El paisaje exterior se desdibujó en una mezcla indistinta de verdes y grises, sin ofrecer ninguna pista de nuestro destino. Árboles, edificios y campos pasaban a toda velocidad, fundiéndose en una mancha informe a través de los cristales tintados. Me incliné hacia delante, buscando una visión más clara, pero era inútil; el movimiento incesante y la ausencia de puntos de referencia familiares sólo aumentaban mi desorientación y ansiedad por saber adónde íbamos.

Ni un indicio en el exterior
Caminos sin descubrir
Uno de los hombres miraba periódicamente un dispositivo GPS, manteniendo cuidadosamente nuestra ruta en el misterio. Su silencio acentuaba el enigma del viaje, y yo me esforzaba por captar cualquier indicación hablada, pero el coche permanecía inquietantemente silencioso. Cada mirada al GPS era breve y calculada, como si se aseguraran deliberadamente de que no pudiera descifrar nada. La opresiva sensación de estar completamente a oscuras me roía implacablemente los nervios.

Caminos por descubrir