Decisión resuelta
Era suficiente. Cuando John regresara, me enfrentaría a él con el anillo en la mano. Cuarenta años de matrimonio exigían honestidad, y yo merecía respuestas. El secreto había manchado todos los recuerdos compartidos, convirtiendo cada momento de felicidad en desconfianza. Reforcé mi determinación, dispuesta a enfrentarme a cualquier verdad que estuviera enterrada en aquel pequeño anillo escrito. No podía haber progreso sin claridad.

Decisión resuelta
El peso del silencio
Los días pasaban, y cada minuto parecía una hora. Mi secreto se volvía cada vez más incómodo a medida que pasaba el tiempo. Esta pesada comprensión me hundió aún más en un pozo de dudas, donde la confianza y el amor parecían recuerdos lejanos. Por fin llegó el día. John llegó a casa, atravesando la puerta con su típica sonrisa.

El peso del silencio